En un mundo para el que se prevé un incremento de otros 2.000 millones de habitantes hasta 2050, hasta superar los 9.600 millones, y en el que más de 800 millones de personas sufren aún desnutrición crónica, se acentúa el reto de alimentarnos todos sin destruir los ecosistemas.
El objetivo es hacer llegar a los niños la idea de que los recursos se agotan y es precisa la innovación. En este caso desde la acuicultura ecológica se les dará una visión de cómo se puede producir alimento de origen animal respetando el hábitat y el ecosistema donde se apoya la actividad primaria.
A través de una piscina donde podrán ver a los peces viviendo (nadando y comiendo) se mostrará cómo con sistemas de recirculación de aguas se aprovechan los residuos generados para crear alimento para los peces: plancton (zooplancton: animal y fitoplancton: vegetal).
Este proceso se hará de manera experiencial, siendo los niños quienes cuiden y manejen la “granja acuícola”.
¿Por qué es ecológica? Porque en ninguno de los procesos desarrollados se contamina (ni con metales pesados, ni químicos de síntesis, ni medicamentos ni antibióticos) ni al pez ni al medio natural.
¿De qué se alimentan los peces? Los peces se alimentan de alimento vivo generado a través de la valorización de los nutrientes que se generan en el proceso de cultivo de los peces.
¿Cómo viven? Viven en condiciones de cautividad pero con un gran bienestar animal, sin estrés, recibiendo muchos cuidados a diario, vigilando en todo momento factores como la calidad del agua, la alimentación, las enfermedades, tal y como se hace con los niños en sus tempranas etapas de edad.